“¡YO ABRO UN RIO DE RAYO ESMERALDA E INVOCO A LOS GRANDES ELOHIM PARA LA LUCHA POR LA PAZ "
- Hernando
- 29 mar 2022
- 2 Min. de lectura
AMADA PALAS ATENEA
Diosa de la Verdad y miembro del Consejo del Karma
Llama gemela del Señor Maha Chohan, representante del Espíritu Santo
6 de marzo de 2022. Tucson, Arizona. (PARTE 1 DE 4)
“¡YO ABRO UN RIO DE RAYO ESMERALDA E INVOCO A LOS GRANDES ELOHIM PARA LA LUCHA POR LA PAZ EN LA TIERRA!”
¡Soy Yo, Palas Atenea! ¡Fui Yo quién invoqué a los Doce Grandes Elohim para la Lucha por la Paz! ¡Para que vosotros, como Hijos e Hijas de Dios, podáis empezar a reconocer en vuestra consciencia externa lo que significa estar en la Plenitud de la Luz de Dios a cada instante! Sí, ¡porque cuando está presente, esa Luz transmite la corriente de Divina Paz y Armonía que es experimentada dentro del Gran Sol Central!
Sin embargo, en ausencia de esas valientes Llamas del Corazón dispuestas a hacer un esfuerzo para entrar en los Reinos Superiores de su Identidad Divina, sólo quedan las deambulaciones mortales en medio de los desiertos de la consciencia humana - pensando que, de alguna manera, van a encontrar algo reluciente que las incite a alcanzar la iluminación y, por así decirlo, ¡a obtener una comprensión de la misma Vida!
Pero, bienaventurados, para comprender la Vida, debéis tener la Consciencia Crística ardiendo en todo su resplandor en el Altar de vuestro Corazón. Sí, ¡porque habéis encarnado para anclar la Luz vertida del Gran Sol Central y de vuestra Magna Presencia I AM (YO SOY) personal bajo la forma de Corrientes Vitales, para que pueda haber un mayor Momentum de Dios floreciendo en la Tierra!
Hace demasiado tempo que existe una ignorancia deliberada da Ley de Dios. Y por eso, por Determinación de la Luz Crística y del Momentum de Consciencia Divina que arde intensamente en vuestro Corazón, habéis venido a cambiar las cosas. ¡Y las cambiaréis! Porque, benditos corazones, ¡siempre son unos pocos los que salvan a muchos en todas las civilizaciones! Porque desafortunadamente las civilizaciones, las civilizaciones de base humana, se elevan y se desploman bajo el peso de su propia opacidad humana.
¡Este no es el momento para un desplome! Este es el momento para una galvanización de un Fuego de Dios en la Tierra, en los corazones, en las mentes, en el cuerpo emocional, ¡no solamente de los Hijos e Hijas de Dios, sino de la misma Tierra! Cada vez que decretáis, ¡visualizad esa Carga de Luz de Dios emitida del Gran Sol Central y conectándose con el Sol-de-Presión-Uniforme en el centro de la Tierra y reverberando por la Tierra entera con la aceleración de todas las Corrientes Universales de Vida! (…)
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