Saint Germain: "Bañaos en el Frescor de la Vida"

La Voz del Templo

Dictados de los Maestros Ascendidos

14 de febrero de 2014 * Tucson, Arizona * Saint Germain

(Parte 1 de 2)

Bañaos en el Frescor de la Vida

Benditos de mi Corazón,

Yo mantengo abierto para vosotros el portal de acceso a nuevos horizontes, nuevas vistas para contemplar, una nueva percepción de Dios. Porque cuando el portal del Amor se abre de par en par y pasáis por esa puerta, no podéis sino experimentar la grandiosa, maravillosa y ¡oh, tan magnífica Presencia de Dios que espera que la contempléis en cada momento de cada día!

El Amor Divino fluye como la Misericordia de Dios, a través del deseo de Dios de que estéis en esa Plenitud del Divino Estado que produce la belleza de las flores, el frescor del aire, la limpidez del riachuelo, la amplitud de los océanos, subiendo a las alturas y exhibiendo la efervescencia de la alegría en su movimiento, el sonido del viento en los árboles tocando un canto, haciendo reverberar el sonido del Cosmos. Porque sí, benditos, las fuerzas elementales de la naturaleza aprenden con el ejemplo establecido por la Presencia de Dios, ejecutando las órbitas de los mundos, los nuevos horizontes preparados para vosotros de los que hablo en este momento.

Los elementales absorben en su consciencia la Entonación de Dios y, tal como os revestís de vuestros vehículos de consciencia personales, también debéis revestiros de la entonación de Dios. Por eso, la Llama Trina de vuestro Corazón resuena en cada plano de consciencia, tan cercana que en cualquier instante podéis tocar el Corazón de Dios, escuchar la Dirección de Dios, transmitir la Acción de Dios a través de estos vehículos, reconociendo que la Gloria que es Dios — preparada para vosotros por vuestra Presencia Divina, para que viváis dentro de ella, que la bebáis, que la exhaléis y que creéis con ella, todo desde el Corazón de Dios.

¿Podéis siquiera empezar a imaginar algún otro lugar donde queráis estar que no sea ese Corazón de Dios? Con certeza, podríais estar en el calor de la playa, en la cima de una montaña, rodeados por un gigantesco bosque de pinos, lugares donde todos los sentidos absorberían los sonidos, las texturas, los aromas, pero ninguno comparable con (lo que sentís) cuando vuestra consciencia se sienta en el Corazón de Dios, sea cual sea el lugar físico donde estéis. Porque vuestra Llama del Corazón os lleva hasta la amplitud de la Presencia de Dios que puede transmitiros la fragancia de flores desconocidas en la Tierra, colores nunca vistos con los ojos físicos, músicas nunca compuestas ni tocadas en la Tierra — todo eso redescubierto dentro de vuestros sentidos internos.

Todo eso, benditos corazones, porque la Presencia de Dios en vuestro interior ha anunciado: "¡I AM (YO SOY), y YO SOY (Estoy) aquí!" — asumiendo el dominio y expresando la Libertad en todas las sensaciones, todas las iniciativas creativas, todos los pensamientos para que, al SER YO esa Presencia de Dios, YO SOY (y Estoy) en el Corazón de Dios, y nunca más volveré a ese estado de ser humano privado de toda vitalidad y destituido de la Consciencia Divina que siempre está presente. Por eso ved, benditos corazones, os he traído un (regalo) de San Valentín en este día que es la Dádiva del Corazón de Dios para que podáis reactivar vuestra vivencia de estar en mi Presencia en cualquier momento en que podáis sentiros indignos, separados de Dios, carentes en la vida por no tener como satisfacer vuestras necesidades. Todo, benditos, puede ser dado a conocer dentro del Corazón de Dios.

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