¿Qué es una Edad de Oro y cómo llegamos allá?
- Hernando
- 8 nov 2019
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Abril de 2011
(…)¡La Edad de Oro empieza con vosotros! A medida que vayáis purificando vuestra consciencia, ser y mundo, conseguiréis contener más cantidad de Luz y Consciencia de vuestra propia Presencia Divina y de los Maestros Ascendidos, y se convierten en Pilares de Luz en la Tierra. A medida que los Hijos e Hijas de Dios se vayan elevando a su Verdadera Identidad – Dios Individualizado – y anclando la Edad de Oro Individual en su propia vida, ¡la Tierra acelerará su vibración y emitirá más Luz todos los días hasta irradiar su propio Resplandor Autoluminoso y brillar triunfantemente como la Estrella de la Libertad!
La Amada Vesta dijo el 11 de octubre de 1998: "Porque la Victoria está aquí, y hay un Nuevo Día y la Edad de Oro es manifestada tal como Nosotros manifestamos nuestra presencia aquí. Porque sois el principio. Son la Chispa de Luz que iluminará y encenderá el mundo. Y vosotros portaréis mi Antorcha y mi Fuego (recibidas) en el Corazón de la Verdad y en el Corazón del Sol."
La Era de Oro no es una fantasía extravagante nacida de una imaginación optimista. ¡No! Ella siempre ha existido y sigue existiendo en los Reinos de la Eternidad. Ella es una Realidad Divina continua que es la existencia momento-tras-momento de vuestro propio Yo Divino. Para que la Edad de Oro se manifieste donde estáis, ¡solo necesitáis sintonizaros con vuestra Mente Divina y ver la Realidad que ya está patente delante de vosotros!
¿Y cómo es una Edad de Oro?
Echemos una mirada a las Edades de Oro del pasado. El Maestro Ascendido Saint Germain, Jerarca de la Naciente Era Dorada, participó en varias civilizaciones consideradas Eras de Oro del pasado. Una de ellas tuvo lugar hace más de 70.000 años en el Desierto del Sahara, cuando esa región actualmente desolada disfrutaba un clima semitropical, con abundancia de agua y tierras fértiles. La capital era conocida por su esplendor, con muchos edificios cubiertos con cúpulas doradas. Los habitantes de esa civilización solo conocían la paz, prosperidad y felicidad. Eran gobernados por 14 Maestros Ascendidos y 14 Maestros menores que administraban las industrias, ciencias y artes de esas civilizaciones.
Los ciudadanos espiritualmente más avanzados de esa civilización de la Edad de Oro viajaban en sus cuerpos sutiles, no sujetos a la gravedad. El oro era una materia prima común, utilizada debido a su pureza, equilibrio y vitalidad. La populación vestía trajes suaves con colores radiantes. Las personas se movían graciosamente y tenían una postura impecable, seguras de sí y de confiados en su Identidad Divina. Su Presencia emanaba profunda autoridad, y el aire circundante estallaba con la carga eléctrica que su Presencia conducía a través de la expresión exterior de Si mesma.
¿Cómo surgió entonces esa Era de Oro?
Durante esa era de iluminación y libertad, los Hijos e Hijas de Dios aceptaban y adoraban la Magna Presencia I AM (YO SOY) como una Fuente Eterna de toda Vida. El yo externo no era más que un cáliz o vehículo para que la Divina Voluntad del Gran Yo Divino se manifestara a través del acto supremo de gobernar la creación por el I AM (YO SOY). Toda la creación era el puro reflejo exteriorizado de los Patrones de Perfección mantenidos en la Mente de Dios. El yo externo permanecía en completa obediencia a la Presencia de Dios interna, y la Consciencia de la Emanación de la Pura Esencia de Dios fluía libre de cualquier contaminación humana.
¿Y quién va a iniciar esa Edad de Oro?
El Gran Yo Divino actuando a través de vosotros y – un corazón tras el otro – ¡toda la humanidad no ascendida anclará la Era de Oro en la Tierra! Haciendo bajar los Reinos Ascendidos a este mundo de la forma y anclando esa Luz en los planos de la Tierra, ¡todo el mundo externo se hundirá con el Mundo Divino, y la Era de Oro será manifestada paulatinamente! ¡Todo empieza con vosotros!
Los Maestros Ascendidos llaman a esto la Era de Oro de Uno (o Individual). Esto significa que cada persona forja (y transforma) su propia vida en una Era de Oro de Uno a medida que remolda y reforma cada elemento de su vida personal hasta que se ha convertido en la Perfección de Dios. Vosotros, como individuos, aprenderán a detectar la Vibración de vuestra Santa Presencia Crística en su Pureza y Perfección original. A medida que se vayan acercando a la Santa Presencia Crística, descubrirán que esta empieza a envolver y ocupar vuestra aura. Serán tomados de una sensación de paz e protección con la cual nada puede interferir. Al sentirse más cómodos funcionando como vuestra Santa Presencia Crística, empezarán a “vestir” la Edad de Oro Individual. Y comprenderán como la Santa Presencia Crística es proyectada, sostenida y magnificada por la Magna Presencia I AM (YO SOY), que es vuestra Divinidad Innata.
¿Cómo empezáis a instaurar la Edad de Oro de Uno (o Individual)?
Para empezar, examinad las cosas que dejáis entrar en vuestra consciencia, las cosas que dejáis entrar en vuestra consciencia, las cosas que (os) permitís mantener a vuestro alrededor, las palabras que proferís, las acciones que realizáis, la manera como os presentáis a los demás. Preguntaos: ¿Ellas son dignas del Cristo? ¿Ellas son el espejo de las virtudes del Cristo? ¿Ellas son la más alta Vibración de las Cualidades Divinas y de los Siete Rayos que fluyen en una corriente a partir del Corazón de vuestra propia Presencia Divina?
A medida que cada vez más personas manifiestan la Edad de Oro de Uno, la cultura de la Era de Oro terminará predominando en la Tierra,. La música, la literatura, las diversiones, las prendas de vestir y las actividades recreativas serán un reflejo de los Reinos Divinos onde los Maestros Ascendidos tienen sus Retiros. Todo lo que veis, oís y experimentáis reforzará la imagen de un Hijo Primogénito de Dios, hombre o mujer. La humanidad será inspirada por divinas melodías, invenciones, políticas y literatura. Las personas entrarán en comunión con la Naturaleza para incluir su cooperación en la instauración de esta Era de Oro. Todos participarán en el gran proceso creativo de transformación en el Yo Divino que, en Realidad, nosotros ya somos.
Cuando nosotros nos tornemos el Amor Divino en acción, empezaremos el proceso de instauración de la Era de Oro en esta Tierra, anclando la Presencia de Dios en el preciso lugar donde estamos. Si fomentamos la Pureza en la mente, en el corazón y en el cuerpo, una Era de Belleza y Perfección se volverán una Realidad permanente para esta generación y para las del futuro. ¡Reivindicad vuestra Herencia Divina, manifestad vuestro Arquetipo Divino para esta encarnación, y cread una Edad de Oro personal para cada uno, al mismo tiempo que ayudáis a Saint Germain a manifestar su Edad de Oro para la Tierra entera! (…)
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