“¡MIS SANTOS ÁNGELES ESTÁN A VUESTRO LADO!” AMADO ARCÁNGEL AGAPAIEL

AMADO ARCÁNGEL AGAPAIEL

del Tercer Rayo Secreto/Aliento Pránico del Rayo Rubí

11 de noviembre de 2012 (Parte 1 de 2)

“¡MIS SANTOS ÁNGELES ESTÁN A VUESTRO LADO!”

Mientras los Ángeles del Fuego Rubí se mueven en, a través y alrededor de los Hijos e Hijas de Dios, ellos ruegan a la Llama de Amor sobre el Altar del Corazón que acelere y capture todo y cada ergio de energía, toda percepción consciente, todo momentum del pasado de cada uno de ellos en la Llama Todo Consumidora, permitiéndoles facilitar la ignición de los Fuegos del Corazón para remover los residuos de la consciencia humana, ¡transmutando y preparando (el camino) para el advenimiento de la percepción consciente de Dios! Porque, en ese vehículo cuádruplo de la consciencia que lleváis puesto, se os exige adherir a la Pureza de Forma, ¡materializando en vuestra vida todo lo que es mantenido en la Mente de Dios (y que está) destinado a ser moldeado y formado por los Fuegos de vuestra propia Llama del Corazón! Porque, de hecho, ¡sois llamados a preparar el lugar para – bien adentro de estos vehículos de la consciencia – mover, crear y tener el Ser de la Magna Presencia YO SOY completamente investido en la vida!

Cuando la Llama del Corazón no está involucrada, hay una ausencia de la Perfección de la Mente de Dios, de la Forma y Estilo prístinos que la Presencia ha definido en gran detalle dentro de los Reinos de la Pureza y que os ha entregado para que los manifestaseis. ¡Qué triste sería si los Hijos e Hijas de Dios debieran atravesar la vida entera ignorando a la Presencia del mismo Dios que llevan adentro, la Presencia que está siempre lista para proveer instantáneamente todo lo que rendiría asistencia, todo lo que generaría completitud, todo lo que crearía la vida que ellos tanto desean en sus Corazones! Aunque la consciencia externa puede no saber que existe ese deseo, la Llama sobre el Altar del Corazón sí sabe y entiende seguramente lo que se requiere. Sin embargo, si el Corazón está cerrado con candado y aislado, si no hay un vehículo receptivo a esa Llama, seguro que comprenderéis la dificultad que tendría la Presencia de Dios para de una u otra manera afectar vuestra vida.

En los Reinos de la Perfección no existe ninguna creación humana, ninguna negatividad. ¡Existen tan sólo las Bendiciones de Dios en todas las Formas, Momentums y Cualidades que la misma Presencia de Dios genera para que cuando eleváis la consciencia a la Llama de vuestro Corazón y, finalmente, al Corazón de vuestra Presencia de Dios, seáis bañados en Luz! ¡Hay un brillo inconfundible a vuestro alrededor! Porque, indudablemente, la Mano de Dios ha tocado vuestra vida, ha limpiado los lentes de percepción que usáis, ha decidido manifestar todo lo que esa Presencia viene deseando.

Vosotros, benditos, estáis viviendo en una era en la que pocos conocen verdaderamente el Poder de Dios y cómo invocarlo, cómo vivir la vida que permite que la Consciencia de la Mente de Dios sea vertida en vuestros vehículos externos diariamente. No obstante, para (esos) pocos no hay excusas. Al tomar conocimiento de una Enseñanza de la Ley Cósmica, esta requiere que empecéis a hacer un esfuerzo, dentro de vuestra percepción, para tornar esa Enseñanza una realidad, asimilándola y convirtiéndola en la columna vertebral y en el tejido de vuestro ser para que, cuando seáis llamados a enfrentar una nueva circunstancia en la vida, tengáis inmediatamente a vuestra disposición todo el Poder Divino que esa circunstancia requiere de vuestra parte.

¡Pero necesitáis primero entrar al Corazón! ¡Necesitáis tener suficiente Amor a Dios para seguir a ese Amor a cualquier puerto, cualquier cumbre montañosa, cualquier desierto! Porque ese Amor que tenéis hacia Dios es él que forma el Gran Magneto que os permite mantener unidos el cuerpo y la mente en la Presencia, grabando en el telón de vuestra vida todo lo que se requiere y todo lo que desea vuestra propia Presencia YO SOY.

Llegará el día en que tendréis una Vibración tan elevada, una percepción de Dios tan profunda que dejaréis de pensar con la mente externa, ya que tendréis los Patrones de Pensamiento de vuestra propia Presencia grabados en la consciencia por esa Mente de Dios que reforma, que reconstruye hasta las mismas células del cerebro, tornándolas mucho más receptivas a las sutilezas de vuestra Presencia Divina personal que al martillar de la consciencia humana, con sus torbellinos del pensamiento y de la emoción que tratan de golpear vuestra propia existencia. Descubriréis asimismo que, una vez superado ese umbral de percepción de Dios en vuestra vida, no hay retroceso posible. Sí, porque estaréis viviendo una nueva vida. Estaréis abrazando una Dimensión de Vibración, Consciencia y Fuego que es muy familiar — familiar porque la Llama en el Altar de vuestro Corazón que os viene nutriendo hace tantas encarnaciones es originaria de ese Reino.

Y, cuando empezáis a vestir el Traje de la Llama en expansión de la Consciencia Crística, empezáis a comprender por experiencia propia en qué consiste realmente la Enseñanza de los Maestros Ascendidos y por qué los Augustos Seres Ascensos y Cósmicos, el Reino Angélico, los Elohim y las Fuerzas Elementales de la Naturaleza han decidido todos convergir en una acción unificada para traer a vuestra consciencia (el conocimiento) de lo que se espera de los Hijos e Hijas de Dios — cuáles son sus Responsabilidades; cómo satisfacer las necesidades de la Ley y, al hacerlo, cómo cumplir con la obligación de devolverlo todo a Dios, colocando todo en vuestra vida sobre su Altar para que pueda ser usado y reusado, refinado e inflamado por su Presencia para continuar expandiendo el Logro espiritual y la Maestría que os son requeridas.

¡Que gloriosa es esta época en que vivís, en que la Dispensación de los Señores del Karma y de los Consejos Cósmicos ha determinado que la hora y el ciclo para correr el velo a un lado y revelar las Verdades Superiores de la Ley Cósmica, para daros las instrucciones antes referidas simplemente como los "Rayos Secretos", los cuales – como lo comprendéis ahora – son los grandes Alientos Pránicos de la Vida! Y cuando Yo, el Arcángel Agapaiel, estoy en medio de vosotros, ¡vuestro Corazón se conmueve al reconocer mi Llama! Y cuando la Consciencia de la Llama de vuestro Corazón converge con la mía, ¡hay una Perfección unificada que instila un hambre aún más grande de esa Presencia de Dios, que se va acumulando en vuestro interior y os acerca a la Presencia del Altísimo! ¡Cuando eso ocurra habré cumplido mi Obra Perfecta! Mis Santos Ángeles permanecerán a vuestro lado sosteniendo el baluarte del Servicio (que rinden) a esa Llama sobre el Altar de vuestros Corazones, recordándoos constantemente la Carga de Luz que habéis recibido y la Forma presentada a vuestra consciencia para que la mantengáis como esa Llama de Amor Sacrificial en expansión que extenderéis a Dios (presente) en toda la Vida.

En el transcurso de todo vuestro servicio, ¡descubriréis momentos en que la destilación del Amor de Dios se va a condensar en una Acción tan Fogosa que el Rayo Rubí de ese Amor consume instantáneamente toda renuencia y negatividad! El llegar a comprender la manera de atraer esa consciencia más intensamente a vuestra vida será, quizás, una tarea para toda la vida.

Primero, debéis saber con certeza absoluta que la Presencia de Dios existe de verdad. Después, debéis tener la plena comprensión de (lo que es) la Llama Trina, de cómo esa Llama Trina interactúa con los Grandes Alientos Pránicos de las Fuerzas Elementales de la Naturaleza y de cómo, cuando los Fuegos del Corazón son conocidos, podéis expandir y contraer esa Llama de acuerdo con el requisito del momento. Sabiendo que el Fuego Rubí puede ser muy intenso, aprenderéis rápido que es sensato mantener ese (estado de) consciencia en el primer plano en vuestra percepción tan sólo durante el tiempo en que esté presente la necesidad y, una vez emitido (ese Fuego), permitir a vuestra Presencia Divina seguir sosteniendo esa Carga por vosotros, y mientras tanto retornar al Amor benevolente de la Llama del Corazón que extendéis a todo lo que es parte de la Vida (...)

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