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“MI INSTRUCCIÓN SOBRE EL SENDERO INICIÁTICO”: Señor Maitreya

SEÑOR MAITREYA Cristo Cósmico e Buda Planetario 29 de septiembre de 2004

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Parte 1: ¡ENTRAD EN VUESTRO CORAZÓN!

Querido Iniciado:

Has elegido entrar en el Crisol del Ser. Has decidido hacer de este Corazón resonante, enormemente abundante, fogoso, el centro de tu universo. De hecho tiene que serlo, ya que es el punto en que debes enfocar toda tu atención para entrar por ese portal de acceso a los mundos más altos, para descubrir todo lo que tienes allá esperándote — no sólo por el gusto de descubrir, sino por lo que logres traer a tu consciencia externa y que se tornará el motor de expresión a través del cual has de pasar exitosamente todas las iniciaciones que te serán presentadas - no solamente por tu Santo Ser Crístico sino, al final, por mi propia Llama del Corazón en caso de que se te eleve a esa Oportunidad Cósmica de ser iniciado por el Cristo Cósmico.

TÓRNATE EL INICIADO DE TU PROPIO SANTO SER CRÍSTICO

Para que eso ocurra, para que conviertas en un iniciado de Maitreya, te toca primero seguir el ejemplo (y ser) un iniciado de tu Santo Ser Crístico, porque estos vehículos externos requieren entrenamiento, tutoría, instrucción sobre el camino más alto de la vida. Esto inicialmente ocurre por la mano del Santo Ser Crístico, por la Mente del Cristo. El Corazón que late en el vehículo externo de expresión que llevas vestido tiene una Cámara Secreta dentro de la cual reside la Llama Trina, que debe ser liberada — porque hasta que lo sea, las iniciaciones no van a poder empezar. Las vivencias que tuvisteis hasta ese momento podrían ser simplemente la experiencia y error de los golpes del mundo (suscitados) por tus propias circunstancias de karma. Pero hace mucho tiempo que, para la mayoría de vosotros, eso ya no es el caso. Porque habéis escuchado al llamado interno y, de hecho, el Cristo ya ha sido liberado de la servitud. La Vibración del Cristo ha logrado insinuarse hasta la mente externa, penetrando el cuerpo emocional con suficiente reverberación para atraeros hacia el entorno de mi Instrucción.

En la mayoría (de vosotros), la Santa Presencia Crística está, en la actualidad, atenta a las necesidades del momento determinadas por lo que emanáis desde vuestro ser: sentimientos con una fuerte carga emocional, pensamientos con su continuo martillar, o los llamados y súplicas que expresan vuestro deseo de (recibir) la corrección requerida para que logréis enfrentar las circunstancias kármicas de la vida.

Yo estoy aquí para ayudaros a abordar este Sendero de Iniciación desde una perspectiva diferente; para que consideréis lo que sería, para vosotros como iniciados, un sendero más fácil — no (he dicho) fácil, sino más fácil de seguir y aprender, para absorber la Enseñanza y la Instrucción, poniendo a un lado cualquier sensación de esfuerzo y fricción excesivos, y permitiendo a vuestro Corazón – ese Crisol del Ser – estar verdaderamente al timón de vuestros esfuerzos.

CULTIVAD EL DESEO DE APRENDER

Para que lleguen las Iniciaciones, necesitéis estar dispuestos a aprender. Sin esa disposición, no hay espacio para la Iniciación ya que la consciencia no estaría receptiva a lo que, en otras circunstancias, se manifestaría como el éxito o el fracaso de esa Iniciación. Con frecuencia, el principal aprendizaje de una Iniciación es el que ocurre mientras estáis recorriendo el mismo proceso de la Iniciación. Eso no se aprende en abstracto. ¡Oh, cómo nos gustaría – a nosotros, los Seres Ascendidos y Cósmicos – que así fuera! Que fuera suficiente con que transmitiéramos una Enseñanza para que la captarais instantáneamente y respondierais, de ahí en adelante, con la comprensión total e innata de esa Enseñanza. Sin embargo, sigue existiendo en los momentums de la mayoría de los hombres — aunque no de todos — una opacidad sustancial que no permite que, al primer vislumbre, nuestra Instrucción sea absorbida hasta lo más profundo de su ser.

Indudablemente, vuestra disponibilidad para aprender prepara los vehículos de la consciencia para estar listos para recibir esa Iniciación. Con toda seguridad, eso hace que el foco de vuestra consciencia esté muy atento cuando llega la Iniciación. Llegado el momento, no os sobresaltáis ni asustáis, sino que tenéis una sensación de esfuerzo continuado por alcanzar el propósito en la vida que habéis establecido y que venís manteniendo deliberadamente; y aceptáis, entonces, la oportunidad de la Iniciación en un estado de total preparación para atravesar ese ciclo, para comprender aún más integralmente cada dimensión que se os transmite.

LA INICIACIÓN AFECTA TODOS LOS VEHÍCULOS DE VUESTRA CONSCIENCIA

Con frecuencia descubrís que cada uno de los vehículos de la consciencia está siendo entrenado a través de las Iniciaciones (recibidas). No se trata meramente de un ejercicio mental de aprendizaje. Se ponen a prueba las emociones. ¿Habrá suficiente Paz y Fortaleza disciplinada de las emociones? ¿Habrá suficiente energía dentro de vuestro vehículo para lograr manteneros firmes durante los períodos de prueba y de estrés? ¿Tendréis suficiente Iluminación y Sabiduría para discernir - con las Facultades de Discriminación Crística de la Mente de Dios - esas áreas que podrían intentar desviaros del punto de equilibrio para que no seáis capaces de permanecer firmemente anclados en ese Crisol del Corazón?

¿Vais a descubrir que vuestros motivos estaban en un estado de reactividad y no en la vibración pensativa y centrada de quien conoce la acción correcta, y espera (el momento debido) con el Aplomo del Dios Armonía? ¿O reaccionaríais intempestivamente, sin preparación, permitiendo al cuerpo emocional proyectar críticas y ataques de odio y de energía contaminada? ¿Descubriríais que sois capaces de morderos la lengua y no hablar, no lanzar ataques verbales usando palabras duras sino callar, pensar primero e invitar la Mente de vuestro Santo Ser Crístico (a que participe) en la ecuación? Recuperando la Armonía, jamás pronunciaríais esas palabras tan duras. Sin embargo, una vez proferidas ya no hay como volver atrás. Podéis, seguramente, transmutar esa energía e invocar la Ley del perdón, pero pensad en todas las graves heridas y cicatrices que nacen de palabras proferidas sin la protección del Corazón de un Cristo.

En caso de duda, mejor será controlar la lengua, sin proferir una sola palabra, que proyectar algún tipo de energía desde el chakra de la garganta, canalizando la energía de vuestro Cordón de Cristal hacia algo que va a generar más karma – sin nunca saber con certeza si eso no va a producir una cadena de consecuencias en vuestra vida o en la vida de otros. Por eso, Amados, es extremamente importante que, cuando entréis al Sendero de Iniciación, aprendáis a invocar la Luz da vuestra Presencia Divina, y tener esa Luz operando a través de los centros energéticos de tal manera que os recubráis totalmente de esa Luz de Dios, listos para seguir hacia adelante como el Cristo. (…)

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