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“MANIFESTANDO LA LUZ DE LA MADRE”: LA MADRE MARÍA

LA MADRE MARÍA

Arcangelina del Quinto Rayo de la Verdad y de la Sanación.

Llama Gemela del Arcángel Rafael.

14 de mayo de 2000 - Chelsea, Vermont, E.E.U.U.


“MANIFESTANDO LA LUZ DE LA MADRE”


Hijos del Corazón de Diamante,


YO SOY María, la Madre, vuestra Madre, la que guarda el Concepto Inmaculado por vosotros día y noche, vida tras vida. Seguiré haciéndolo hasta vuestra Victoria, en cuyo momento seréis llamados a guardar el Concepto Inmaculado por aquellos que todavía deben ascender. Esto es la práctica que tenéis que aprender a dominar como maestría durante toda vuestra encarnación - cómo mantener firme esa comprensión de la Perfección del Corazón de Diamante.


La Luz de la Madre permanece velada a vuestros ojos durante la niñez y solo despierta de noche mientras dormís, acunada por el canto del Corazón de la Madre. La Luz de la Madre sigue velada durante la juventud hasta que tengáis la maestría y comprendáis cómo usar prudentemente los fuegos de la kundalini.


La Luz de la Madre permanece velada al aspirante, al nuevo discípulo, quien, aunque lleno de entusiasmo, no está aún protegido ni entrenado en el uso prudente del Fuego Sagrado y cuyo ego no está todavía uncido al Ego Divino dirigido por la Voluntad de Dios. Este aspirante, una vez que haya decidido seguir el Sendero, deberá vestir los hábitos de la Sabiduría.


La Luz de la Madre permanece velada a todos los Hijos e Hijas de Dios hasta que hayan practicado suficientemente el uso correcto de todo lo que ya fue compartido en el pasado – todos los talentos, todos los dones, todos los tesoros. Mirad en torno vuestro y descubrid dónde hay que afinar esos dones ya presentes en los pliegues de vuestro hábito. Una vez que los hayáis dominado, la Luz de la Madre se quitará el velo y descubriréis que, latente ahí justo debajo de la superficie, ha estado siempre toda la Abundancia del Amor de Dios, la Luz de Dios, la Verdad de Dios y todas esas Cualidades Divinas que deseáis alcanzar.


La Luz de la Madre permanece velada donde el insensato (exceso de) celo actúa sin ser moderado por la Llama de la Sabiduría. La Luz de la Madre permanece velada allí donde no hay un cierto nivel de interacción consciente con la Ley Cósmica. La Luz de la Madre permanece velada a todos los que insisten en imponerse por la fuerza a la creación, no esperando a que los Ciclos Cósmicos y el flujo rítmico del tiempo fructifiquen en la congruencia de la Luz interna.


PONEOS LA VESTIMENTA DE VUESTRO YO CRÍSTICO


Como veis, la Luz Materna está siempre presente, siempre tangible, pero la Ley exige, para su cumplimiento en la materia, que cada Hijo e Hija de Dios se ponga primero la vestimenta de su Cristicidad. Sí, porque “acción correcta” y “uso correcto” son la fuente misma de la Ley Cósmica.


Por todas partes, la creación despunta a través del uso correcto de la Luz Materna por parte de los adeptos que os han precedido, que han traído a esta octava física la Belleza y el Gozo necesarios para vuestro bien estar en el presente. Ese bien estar es la Gracia que se os concede para proseguir el Camino, el tiempo que necesitáis para concentraros en Dios y la revitalización (requerida) para lavar y descartar cualquier creación humana aun presente a vuestro alrededor que no os permite realizar todo lo que deseáis.


La humanidad tiene todavía que despertar a la realidad de su verdadera naturaleza. Incluso ahora, mientras hablo, hay quienes preferirían gravitar hacia mi mensaje de antaño, como si se tratara de un gran acontecimiento, una profecía, algo que no habría de repetirse jamás – en lugar de aferrarse a la voz interna de la Llama Materna que resuena por toda la Tierra para que despierten – ¡despierta, humanidad, y toma conciencia de quién eres!


La Llama Materna permanecerá velada hasta el momento en que algunos deseen ser su propia Presencia Divina en acción. Pero donde ese deseo esté presente, la Llama Materna se eleva hasta el Corazón y lleva a la humanidad a la Era de Oro. La Luz de la Madre está tan próxima como vuestra Presencia Divina, pero muchos no se dan cuenta de que la Luz en sus Corazones es la llave que abre la puerta a toda su transmisión.


Morya ha hablado de los portales que se abren en ciertos ciclos de iniciación cuando la Llama Madre está lista para manifestarse. Cada uno de vosotros lo sabrá cuando llegue ese ciclo en su vida, cuando deberá asir la oportunidad y luchar con toda la Voluntad de su Llama Divina para avanzar hasta lograr su maestría, y manifestar las creaciones que vino a producir.


ALUMBRAD LA LUZ DE DIOS


Cada uno de vosotros nació para dar a luz – para dar a luz una multitud de proyectos creativos, de ideas, de invenciones, de color, de arte – y también a las preciosas corrientes de vida aun no nacidas que llegarán para portar la Llama. La Luz de la Madre no se manifiesta solamente en parejas que pueden dar a luz a un hijo, sino también en aquél que da a luz a la Luz de Dios. Todos son llamados a manifestar dominio, y eso no puede realizarse si falta la Luz de la Madre.


Sabed que tenéis en vuestra posesión la clave hacia velos que deben ser atravesados y transmutados. Vuestro Corazón sabrá adónde dirigir su atención, cuándo ejercer la presión de vuestra dedicación y así activar el Fuego de vuestro Corazón.


La Luz de la Madre permanece velada al recién nacido para protegerlo con un escudo. Pero para el adepto no hay velos. Todos vosotros estáis llamados a elevaros personalmente a la condición de adepto y a ejercer la maestría de la Luz de Dios. No tenéis que volver a tiempos arcaicos y gravitar hacia todas las supersticiones y dogmas asociados con mis apariciones pasadas. Quedad completamente seguros de que vuestro Corazón está guardado por mi Visión, y que mi Visión está abierta a cada uno de vosotros.


Confío en que, mientras fijáis vuestra atención hoy en el Corazón de la Madre (presente) en todos los históricos y magníficos cometidos de la Madre, no abandonaréis la verdadera Luz Materna dentro de vosotros y que honraréis ese Concepto Inmaculado que mi Corazón mantiene firmemente anclado dentro de vuestro Corazón.


¡Oh, Hijos e Hijas de Dios! ¡Recibid el sello del Amor de mi Corazón hoy y sabed quién sois!


La Madre María


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