Maitreya: “YO SOY, aquí, la Luz del Cristo Cósmico!”
- Hernando
- 8 sept 2020
- 5 Min. de lectura
AMADO SEÑOR MAITREYA
El Gran Iniciador. Cristo Cósmico y Buda Planetário.
23 de mayo de 2010. Dictado en Tucson, Arizona, EEUU.
“YO SOY, aquí, la Luz del Cristo Cósmico!” (Parte 1 de 2)
Meditad en este resplandor. Ahora que vuestro Corazón está completamente activado en la Conciencia del Cristo Cósmico, podéis escuchar mis palabras. Podéis percibir su significado. Podéis actuar sobre lo que emana como la Voluntad de Dios. Y podéis cumplir el Gran Mandato de acuerdo con el deseo de la Magna Presencia I AM (YO SOY) que sois.
Salisteis del Corazón de Dios proclamando "YO SOY". Pero no abandonasteis el Todo de Dios. Porque durante todo vuestro viaje venís manteniendo la comunión con la constante Presencia protectora del Dios Uno y Único. Reconocisteis esa Presencia al aprender a percibir la Belleza, la Paz, el Amor, la magnificencia de la creación, de todas las cosas que transmiten las Cualidades Divinas y la Vibración del Dios Uno y Único. Así es como vuestro corazón aprendió a reconocer lo que es verdadero, lo que es justo. Porque él reconoce la Presencia del Uno, que no puede ser negada. Porque al despejar vuestra conciencia, vosotros experimentáis el toque de Dios - incluso en estos vehículos externos que os revisten.
Cuando vuestra Presencia decidió encarnar en la Tierra, la Ley de las Octavas no permitió que el Magno I AM (YO SOY) — en todo su Esplendor, Gloria y Perfección — accediera a estos reinos desproveído de vehículos de conciencia compuestos de una parte física como el cuerpo de tierra, de una parte emocional como el cuerpo de agua, de una parte mental y de la memoria como los cuerpos de fuego, de la Santa Presencia Crística como el aire y del Cuerpo Causal como Akasha, para que mientras os integrabais en este mundo de la forma, aprendierais de primera mano a moveros dentro de esos Elementos de la Naturaleza, las corrientes de Vida Divina; a gobernarlas mandándolas responder a la Mente de Dios; a definir la correcta acción de deseo de vuestra parte para que esas Fuerzas Elementales fueran moldeadas y adquirieran una forma; y a descubrir la manera de mantener la continuidad del flujo de la Conciencia de Dios en el Todo del Dios Uno a pesar de que las muchas octavas y planos de conciencia parecían estar tan separados.
Por supuesto, muchos de vosotros ya lo sabéis. Es por medio de la Llama del Corazón, ese Corazón que es el Corazón Único de la Magna Presencia I AM (YO SOY), que mantiene la integridad de la Luz de Dios en cada uno de vuestros vehículos de conciencia. Y cuando hay suficiente Armonía en todas las áreas de vuestra consciencia fluyendo libremente, moviéndose en ese estado Pacífico de resonancia que permite al Corazón desplegar su Llama Trina, entonces, benditos, lográis que os sea impartido en cada momento el rumbo correcto, la acción correcta, la palabra correcta, el pensamiento correcto, la energía correcta, la entonación correcta con la cual moveros, respirar y vivir en la Totalidad de Dios.
Yo, Maitreya, vengo con frecuencia a recordaros lo que se espera de vosotros como iniciados en el Sendero: que ganéis vuestra maestría, que recibáis diariamente la carga de la Luz de vuestra propia Presencia Divina, y que no seáis meramente pasivos, sino activos y dignos de recibir la mano de Dios que bendice vuestra vida, que llena vuestra vida, que la carga con el Propósito Divino y que os mantiene en el firme abrazo de la Presencia del Todo que es Dios.
Así es como debéis vivir vuestra vida — en total oposición con la realidad de las circunstancias que muchos experimentan. Y por esto os pedimos que vengáis a este Altar con frecuencia, sin vacilaciones, sin reservas, sin renuencia, para que se os recuerde quiénes sois verdaderamente; para que recibáis la carga de Luz que lava y consume por la Luz de Dios cualquier concepto erróneo acerca de la Verdad de vuestra Identidad; y así, podéis reposicionaros en el camino que es el Destino Divino que vuestra Presencia viene deseando que estos vehículos menores sigan – como las extensiones externas de la Presencia que os revisten.
No olvidéis nunca que vuestras manos, vuestros pies, vuestros pensamientos, vuestro cuerpo emocional, cada acción que emprendéis, están destinados a glorificar a vuestra Presencia Divina. Incluso los que tienen quizás responsabilidades o profesiones que no les agradan mucho deben, no obstante, darse cuenta de que atravesarán esas áreas de la vida de forma más fluida y rápida si se aferran a la Presencia de Dios y reconocen que hay lecciones que aprender y una maestría que alcanzar. Porque vuestra Presencia ha orquestado vuestra vida hasta donde la Ley lo permite dadas las deudas kármicas que estos vehículos externos han contraído. ¿Por qué creéis que hay tanta insistencia en que invoquéis la Llama Violeta para transmutar esos registros? Es para que podáis salir adelante como Cristos y, en ese Santo Vehículo de la Conciencia, asumir el Mando Crístico de vuestra vida, de todos vuestros asuntos, poniendo en marcha Patrones Divinos formados en el Corazón de vuestra Presencia Divina personal y haciendo que fructifiquen.
Si miráis a vuestro alrededor y os preguntáis cuáles son los frutos de vuestra vida, os daréis cuenta rápidamente de lo que debe ser cambiado. Es posible que no logréis descubrir externamente la forma de ejecutar ese cambio; pero vuestra Presencia sí sabe cómo hacerlo, y vosotros tenéis la posibilidad de permitir que la Presencia haga todos los cambios necesarios en vuestra vida que la Presencia requiera. ¿Empezáis a entender cómo esa postura en la vida es muy diferente de abrirse camino en la vida de manera brutal, sobreviviendo a punta de ingenio de los vehículos externos - hasta el día siguiente y hasta la siguiente encarnación, sin darle la más remota atención a vuestra propia Presencia Divina? Cuando ponéis vuestra vida en las manos de la Divina Presencia que sois, aprendiendo a responder a vuestra Presencia, descubriendo lo que vuestra Presencia espera de vosotros, tomándoos el tiempo para preguntar: "¿Es esto lo que mi Presencia diría, haría, ordenaría a las Fuerzas Elementales de la Naturaleza?" Muchas veces descubriríais que haciendo esa pausa, os quedaría gritantemente claro que hay cambios necesarios.
Tras pasar una vida entera — o más de una — entregando vuestra vida a la Magna Presencia YO SOY, desarrollaréis el hábito de dejar de pensar con la mente humana, dejar de sentir con las emociones humanas, dejar de permitir que los bajos deseos de la carne gobiernen vuestra vida. En cambio, permitiréis que la Presencia orqueste vuestra vida para elevarla al Estado Divino, ya que estaréis preparados para ser el Cristo. Habréis perfeccionado y moldeado cada uno de vuestros vehículos de conciencia para ser disciplinados y receptivos al matiz más sutil de vuestra Magna Presencia I AM. (…)
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