"Los Cimientos son el Todo de Dios": Señor Himalaya.

Los Cimientos son el Todo de Dios:

Al mismo tiempo que los Manus envían la Luz para escoltar nuevas olas de vida en su (descenso) a la primera encarnación, nosotros establecemos el Ímpetu, el Poder y el Momentum del Todo de Dios. Los atraemos al punto focal de nuestra Consciencia (en suficiente cantidad) para mantener el equilibrio en pro de centenas de miles de olas de vida que están entrando a un canal completamente nuevo de Expresión Divina. El acto de encarnar requiere que (estas) se revistan de cuerpos formados a partir de las Fuerzas Elementales de la Naturaleza, desacelerando la Consciencia de la Llama del Corazón de la Presencia para multiplicarla en cada uno de los cinco planos externos de la consciencia y manteniendo simultáneamente la Plenitud de la misma Presencia de la Consciencia Corporal de Dios en el Gran Sol Central al permanecer firmemente vinculadas al Todo de Dios.

Si no fuerais estudiantes de los Maestros Ascendidos, que repetidamente habéis estudiado y absorbido las instrucciones de la Ley Cósmica sobre el aparecimiento de los Aurigas de la Divinidad, ¡quizás quedaríais atónitos, incapaces de escuchar o de hablar ante la inmensidad de la perspectiva de que un evento tan asombroso pudiera haberos ocurrido! Ved como los seres humanos, limitados que están y dominados por el tiempo y el espacio, redoblan sus esfuerzos para entender a fisicalidad de la vida emergente, intentando justificar la mentalidad evolucionista de la especie humana. Sin embargo para vosotros, benditos, se han aparatado los velos de la maya y de la ilusión para que los misterios de Dios se volvieran más evidentes.

Y al observar vuestras propias vidas usando la Llama Iluminante del Corazón, habéis empezado a asociar en vuestra consciencia todo lo que experimentasteis en la Plenitud de la Mente de Dios, en los supuestos milagros que presenciasteis en vuestra propia vida o en la de otros. En la manera como la corriente de Luz vertida sobre vosotros cuando estáis en la Presencia de Seres Ascendidos y Cósmicos lava las tensiones, el estrés, la ansiedad. No importa si ese efecto parece mantenerse tan sólo durante la duración de nuestro ditado porque conserváis, dentro de la Llama de vuestro propio Corazón, el registro de una toma de consciencia más profunda sobre nuestra Paz y Armonía en lo más fondo de vuestro ser.

Benditos, el gran drama de la preparación, el seguimiento dada a las nuevas corrientes de vida tan llenas de esperanza y conscientes de la promesa de todo lo que la Presencia del mismo Dios tienen reservado para cada Llama del Corazón, es motivo de gran Alegría para un Manu. Nosotros no nos retorcemos las manos (de la preocupación) pensando que algo malo pueda ocurrir o que algunas corrientes de vida podrán quedar enredadas en problemas más tiempo de lo necesario. No es así, benditos. Porque nosotros conocemos de primera mano a la Presencia Individualizada, la Verdad de esa Consciencia Divina que reside en el Altar del Corazón de la corriente de vida que va a encarnar. Vemos el vínculo que ata cada Corazón a su Grande Presencia I AM personal, al Corazón de Manu y, en última instancia, a Todo o Espíritu de la Hermandad de Luz.

Comprender ese hecho, benditos, ¡debería ser motivo de gran Paz y Consolación para vosotros, sabiendo que vuestra Presencia y el Todo de Dios nunca os ha abandonado! Ellos jamás os han lanzado en las tinieblas externas, completamente solos, buscando a ciegas el camino de retorno al Hogar. La Luz siempre ha estado presente, brillando en el Altar de vuestros Corazones.

Siempre, a la más mínima oportunidad, tan pronto la consciencia externa o la ecuación humana de vuestro cuerpo emocional suelta la materia que ha corrompido en el pasado y permite que esta sea lanzada en la Llama, el Corazón vuelve a tener la posibilidad de comulgar con la Vocecita silenciosa de Dios que puede ser percibida dentro da mente. Y, si vosotros tuvierais la (necesaria) Realización dentro del Cuerpo Causal, podéis oír la Voz - literalmente. Esta podrá repetir muchas veces la misma frase — para que vosotros no la pasen por alto ni la interpreten mal — enviando una Carga de Luz que contiene el Engrama de la Consciencia correspondiente a la expresión verbal que procede del Corazón de Dios, para que vuestro cuerpo emocional empiece de nuevo a reverberar (en unísono) con lo que habéis sentido en la mente, con lo que interpretaron con vuestro Corazón y con lo que habéis dejado que dirigieran vuestro rumbo.

Esta es una experiencia que dura un solo minuto, que puede ocurrir – y de hecho ocurrir – millones de veces en una encarnación! Porque, benditos, vosotros hacéis parte del Todo del Tejido de Dios. ¡Porque no volvisteis la espalda a la Carga de Luz en el Altar de vuestros Corazones! Para los que han permitido que esa Llama del Corazón los transporte a un mayor Momentum de la Presencia de su propio e Gran YO SOY, que activamente regenera, mueve, crea, acelera su corriente de vida, solamente hay la elevación de la Alegría y de la Bienaventuranza, del asombro cuando se preguntan por qué ha tardado tanto para que esta realización de Dios se volviera la sustancialidad, el Fuego interiorizado de vuestra propia corriente de vida!

Benditos, cuando llegais a entender lo que significa para un Manu mantener y contener la Consciencia y Carga de Poder Divino, de Dirección Divina, de Amor Divino para cada una de las corrientes de vida que descienden como parte de la Raza-Raíz a su cargo y por la cual sois responsables, empiezan también a entender e a valorar la manera como vuestra Gran Presencia I AM puede ser seguramente, en el Todo de Dios, conduciros en seguridad a lo largo de no solamente de una encarnación sino de muchas, para que la Llama del Corazón pueda, de hecho, recibir su legado en el sabio uso de la Luz de su Presencia, abriendo la puerta a la Creatividad intrínseca de la Llama del Corazón de su Magna Presencia I AM (Yo Soy), que siempre está comunicando a la consciencia externa de la corriente de vida que “Todo es Bueno. Todo está Bien. Todo es Divino en la Plenitud de la Carga de Luz de la Magna Presencia I AM!”

Señor Himalaya

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