MAESTRO ASCENDIDO MAHA CHOHAN
Representante del Espíritu Santo
El Maha Chohan Habla sobre las Cualidades Divinas
“EL APLOMO”
(Parte 1 de 2)
Queridos Portadores de Luz,
Consideremos a aquellos que, por primera vez, empiezan a sentir su mundo destellando con la Luz, con la Esencia de Fuego, ¡resplandeciendo con el entusiasmo y Alegría de un Nuevo Día y de una nova experiencia en la Luz! Esta Luz es difícil de contener. Ella tiene que estar en movimiento. Tiene que expandirse. ¡Y la novedad de la expansión de la Luz es naturalmente acompañada de gran excitación!
A medida que esa excitación circula en los vehículos del principiante, algunos descubren que no logran controlar las varias actividades de sus cuerpos. Muchas veces eso se exprime en un exceso de verbalización, un volumen de voz excesivo que no diferencia con quién la persona está hablando. Hay ocasiones en las que esta Luz recién descubierta se presenta de manera agitada, ansiosa, por decirlo así. Muchos descubren que hay una tendencia a querer salir corriendo y hacer de todo antes que termine el día – incluso cosas que, en otras circunstancias, tardarían tal vez muchas semanas, meses o años en realizar. De modo general esa excitación, si el individuo no le pone riendas y está fuera de control, conduce al despilfarro de muchos y valiosos ergios de energía de esa preciosa Luz.
Entonces, ¿Cómo controlar vuestro ser cuando hay tantos motivos de regocijo, tantos motivos de entusiasmo, tanto que realizar? Esto nos lleva al tema de la Maestría del Aplomo (o Equilibrio).. El Aplomo consiste en instilar en vuestra corriente de vida un sentido de equilibrio. La respuesta está en la necesidad de que cada uno de los chakras, los centros de energía en vuestros vehículos, sea saturado con esta Luz de la que estoy hablando. E cuando esos centros de energía se llenan completamente, ¡los chakras giran con una intensidad inusual, liberando un Fuego inusual! La clave para la Maestría de ese Fuego está en establecer una estabilidad en cada uno de esos chakras, permitiendo que cada uno de ellos alcance un estado elevado de equilibrio con un flujo estable de Constancia.
La mayor Maestría de la Luz es la que se logra cuando el individuo consigue mantener la posición de estabilidad, de equilibrio en su ser, porque eso permite el alineamiento de los vehículos exteriores con la Luz Líquida que fluye continuamente del Corazón de la Magna Presencia I AM (YO SOY). Este Poder que fluye continuamente debe ser mantenido como reserva, a la espera del momento correcto de liberarlo – ni demasiado temprano ni demasiado tarde. Todo gran general y guerrero del espíritu sabe que, al entrar en una batalla, se pone a prueba su estado de Aplomo. Es necesario que no esté ansioso, impaciente o irado antes del momento en el que es necesario lanzar la Flecha de Fuego.
Muchos mundos internos y externos están girando constantemente, y el equilibrio entre esos mundos se mantiene controlado a través del punto de anclaje que está bien presente en el centro del corazón de cada sistema. Y dentro de ese punto central hay una calma y un Fuego que se mantiene inmóvil, como en el ojo del huracán donde todo gira alrededor de ese centro, alejándose de él y creando un torbellino mientras que, en el puro centro, todo permanece en silencio, inmóvil, inalterable. Esto es el Aplomo. Esto es la Maestría. Esto es no permitir que vuestras emociones, vuestro ego o el miedo os hagan vacilar. No hay ninguna fuerza, salvo la Dirección de vuestra Presencia Divina, capaz de mover un solo ergio de energía antes de la hora indicada.
El Aplomo requiere Coraje. El Aplomo requiere Intrepidez, Fortaleza, Fe, Esperanza y Caridad. Todas las Cualidades Divinas que podáis imaginar son necesarias para la Maestría del Aplomo. Cuando hayáis estudiado y comenzado a ejercer Maestría sobre todas las demás Cualidades Divinas, estaréis preparados para lidiar con el Aplomo. Veréis que vuestra postura cambia. Veréis que vuestra actitud cambia. Porque una actitud aplomada contiene la Gracia, el Amor y la Comprensión de la Sabiduría Divina por intermedio del Aplomo.
Si queréis, practicadlo en posición sentada, sin mover un músculo ni parpadear. Dejad que un mínimo de inhalación lleve el oxígeno a los pulmones. Mantened esa postura y observad por cuánto tempo lográis permanecer sentados sin moveros, sin desviar la atención de vuestra Presencia, sin flexionar un solo músculo. Este es el requisito para el control del flujo de Luz que entra en vuestro ser. Porque, una vez conseguida la maestría de la comprensión de los requisitos, no solo para que la Luz entre en los vehículos sino también para que sea proyectada (desde ellos), recibiréis en confianza una mayor responsabilidad, la de co-crear con esa Luz y de volveros adeptos.
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