“ANCLAD LA LLAMA DE LA PAZ PARA LA TIERRA” : Amado Chananda

MAESTRO ASCENDIDO CHANANDA

Jefe del Consejo de India de la Hermandad de Luz

7 de octubre de 2013

“ANCLAD LA LLAMA DE LA PAZ PARA LA TIERRA”

(Parte 1 de 2)

He hecho bajar la Llama de la Paz. Y así deberíais empezar vuestra vida, día tras día. Porque cuando habéis enfocado vuestra consciencia, centrada en la Paz, repleta del Amor de Dios, satisfecha en el Todo de Dios, quedáis preparados para trazar vuestro rumbo.

Por todo el mundo existen corrientes de vida encargadas de ciertas responsabilidades, para liderar, conducir y orquestar los asuntos civiles que otros van a tener que seguir de acuerdo con los gobiernos y culturas del lugar. Adicionalmente, ya habéis comprendido que esas áreas de responsabilidad necesitan ser infundidas con la Luz de Dios para que el conjunto del tejido de la vida sea básicamente gobernado por la Mano de Dios. Y, por consiguiente, habéis aceptado la Responsabilidad, (delegada) por vuestra propia Presencia como Yo Divino, el Dios del Ser, el YO SOY, de mantener vuestra vibración para que, por hacer parte del tejido del Todo de Dios, estéis expandiendo vuestra propia Presencia de Dios aquí abajo sin desviaros ni con un ergio de energía.

Muchas veces las actividades egoístas rasgan el tejido de los planes más cuidadosamente pensados de los Maestros Ascendidos. Porque, al fin y al cabo, ¡nosotros sólo estamos autorizados a realizar en los planos físico, emocional, mental y de la memoria de la Tierra lo que las corrientes de vida en encarnación quieran anclar! No somos ninguna clase de grandes hechiceros que manipulan todo tipo de fuerzas, constriñendo a la especie humana a ciertas acciones o a practicar vidas de devoción. Nuestra actividad consiste en rogar a la Llama del Corazón que cumpla con su misión, que entre en Comunión Divina con el Todo de Dios y que, así, prepare ese vehículo de la consciencia externa como mente, como emoción, como cuerpo físico para responder a la mano de Dios, que sólo desea el Bien Divino para todos.

YO SOY Chananda, Jefe del Consejo Indiano. Es un gran honor y Servicio para mí trabajar en íntima colaboración con el Gran Director Divino, así como con otros que rinden servicio en la Llama Azul de la Voluntad de Dios, para garantir que sea depositada una mayor efusión de Poder Divino en los Hijos e Hijas de Dios que han entendido sus iniciaciones, que se han tomado a pecho la Llama de la Iluminación, y que se han vuelto iniciados en el Sendero de la Ascensión. Estamos determinados a tener la plena medida de este Poder de Dios listo y esperando a cada una de esas corrientes de vida para que lo utilicen.

Los Consejos de la Hermandad da Luz son encargados, de vez en cuando, de acciones específicas que deben ser ancladas en estos reinos donde estáis encarnados. Si no existiesen iniciados en encarnación, ¿quién recibiría la transferencia de la Consciencia Corporal de la atmosfera enrarecida de Dios? ¿Quién estaría listo con un cáliz elevado capaz de preservar todo lo que vierta la Presencia de Dios?

Existe en todo el mundo una gran necesidad de líderes esclarecidos. Porque la mayoría de los que participan en el gobierno de las naciones, de las economías, de pequeñas facciones de la población han perdido el rumbo. Algunos carecen incluso de una Llama Divina suficientemente tangible para algo distinto a inhalar el oxígeno del aire y aspirar la vida que usurpan a los demás. Pero, aun así, todos los líderes del mundo requieren la Presencia de Dios para esclarecer, iluminar y purificar sus vehículos. Porque hasta el momento en que eso ocurra y que se sean detenidos todos los caos, tumultos y guerras, la Paz no será completamente manifestada en la tierra.

Mi Responsabilidad personal y la de mi Consejo es compartir con vosotros la tarea que debemos necesariamente realizar — con vuestra asistencia — para mantener la Paz en los países de toda la Tierra. Porque cada vez que hay facciones en guerra que se levantan en contra de los inocentes — y a veces no tan inocentes — eso es una distracción para los puros de Corazón, (los) de convicciones dóciles, de Harmonía, Paz, (los) que aprecian la belleza, el arte, la cultura divina, desviando la atención de esas corrientes de vida de las bellezas enviadas por la Presencia de Dios que fluirían naturalmente por su intermedio, y haciendo desfilar ante la consciencia todo tipo de profanaciones que contaminan los inocentes y los santos.

Por eso os invito a participar en esta Obra, en colaboración con mi Consejo, decretando por la sanación de las economías del mundo. Os ruego, asimismo, hacer llamados para que perdure la Mano de la Paz, para que todas las naciones de cada continente puedan empezar a conocer su propia Vibración de la Paz que es la Naturaleza intrínseca de la Presencia de Dios exhalada sobre la Llama del Corazón, magnetizándola y no aceptando ninguna vibración inferior para sí mismas ni para las demás.

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