AMADO SURYA, Elohim del Elemento Akasha “¡Sóis la Esperanza del Mundo!” (P1)
- Hernando
- 15 mar 2019
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AMADO SURYA, Elohim del Elemento Akasha
Primer Rayo Secreto (Virtud Crística de la Responsabilidad)
12/10/2008 “¡Sóis la Esperanza del Mundo!” (1ª Parte)
¡Os saludo, Hijos e Hijas de Dios!
Yo, Surya, Elohim de Akasha, ¡he venido con mis Legiones de Ángeles! Estamos en medio de vosotros para ministrar a cada uno de los que aún laboran bajo el (peso del) miedo, bajo la duda, bajo faenas pesadas de toda clase y preocupaciones. Porque sí, Benditos Corazones, mi deseo es que ascendáis a una comprensión más amplia de la Fortaleza de Dios que arde en el Núcleo de Fuego Blanco de vuestro Ser. Para que, aquí y ahora, ¡podáis desplegar la Bandera de vuestra propia Llama Trina y asumir el Dominio de vuestra vida!
(Para no volver) nunca, de ahora en adelante, a ser empujados hacia acá y hacia allá, o intimidados por la consciencia mortal, por los torbellinos de emociones crueles tan comunes en la tierra, o por todo tipo de caos que galope por el escenario mundial.
Sí, Benditos Corazones, ¡venimos cuando la Tierra y sus Hijos e Hijas encarnados más nos necesitan! ¡Venimos cuando necesitáis un mayor ímpetu de nuestro momentum de Realidad Divina! ¡Y vais a recibir la Realidad Divina! En efecto, ¡eso es lo que entonamos con cada Relámpago Azul, con cada Entonación atronadora, ondulante del Sonido Insonoro que emana del Todo de Dios y reverbera por todo el plano físico! ¡Benditos Corazones, de esta manera quedáis bajo el dosel invencible de Nuestra Protección! Se os la concede porque habéis sido entrenados para elevar vuestra consciencia al Todo de Dios, sabiendo que cuando vuestro deseo es puro, ¡la Presencia de Dios responde a todos vuestros Llamados! Ahora bien, ¡vuestro Llamado está respondido! No solamente por vuestra propia Presencia Divina — como si no fuera suficiente — ¡sino por los Elohim! Y hemos venido y permanecido durante este ciclo para que sepáis que la Tierra no ha sido abandonada. Nosotros estamos con esta Tierra y con los que en ella evolucionan, determinados a que la Era Dorada ha de nacer, sean cuales sean las apariencias externas.
¡Oh, Benditos Corazones! ¿Cuántas veces habéis deseado ser elevados al seno del Corazón de Dios y consentidos como niños? Os digo, sin embargo, que no siempre hace parte de la Sabiduría Divina de vuestra Magna Presencia YO SOY permitir que rindamos ese servicio por vosotros. Es preferible que, en la plenitud de vuestra propia Maestría Divina, entrenéis vuestros vehículos externos a estar firmes, a enfrentar y a conquistar. Debéis aprender a funcionar con esa Visión penetrante de la Mente de Dios, trazando vuestro rumbo, moviéndoos en vuestra vida del día a día, y realizando vuestro Fogoso Destino. Ese Destino, Benditos Corazones, está impreso para siempre en el Altar de vuestro Corazón y debe ser manifestado — bastando, para eso, que despejéis el camino y dejéis que brille la Luz. ¡Éste es nuestro Patrón de Perfección!
¿Estáis a la altura? ¿Habéis disciplinado (y enseñado a) vuestros vehículos de la consciencia cómo doblar la rodilla ante vuestra Presencia Divina personal? ¿Estáis fomentando esa Comunión diaria, que es tan necesaria para mantener un momentum ondulante de Realidad Divina en vuestra vida? Cuando recibís una prueba, cuando los problemas terrenales y las iniciaciones espirituales ponen a prueba vuestra fuerza de carácter, ¿permanecéis firmes, arraigados en la firme fundación de vuestra Presencia tan cercana? ¿O (será que) resbaláis otra vez hacia el abismo, tragados por los vestigios de vuestro pensar y sentir humanos, y por el sentimentalismo y las contracorrientes de un populacho que nunca ha sentido la sintonía con su Magna Presencia YO SOY o con el Cristo Personal?
Benditos Corazones, si pudierais veros en acción comprenderíais que, con una frecuencia excesiva, bajáis la guardia en el instante en que se presenta un alivio en las circunstancias externas. Cuando la vida os propicia la gracia momentánea de una inhalación de paz o de armonía, posáis distraídamente la espada (a un lado), abandonando ese agudo sentido de eterna vigilancia y de penetrante discernimiento de la Mente de Dios, que deben ser mantenidos en primer plano dentro de vuestro ser. Necesitáis fijar vuestra determinación, decidiendo mantener la constancia de esa percepción esférica de ojo de águila sobre todo lo esté ocurriendo en vuestra propia vida, en toda la vida a vuestro alrededor, que también requiere vuestra atención.
Porque sí, Benditos Corazones, tal como respondéis por cada jota y tilde de vuestra propia vida, por cada ergio de energía que fluye por vuestro Cordón de Cristal, también sois responsables por lo que esté ocurriendo en la Tierra como un todo. Todo curso de vida que en algún momento haya encarnado comparte una cierta responsabilidad colectiva por los karmas acumulados que se están manifestando constantemente. Por eso aprended bien, Benditos Corazones, lo que significa el Primer Rayo Secreto, la Virtud Crística de la Divina Responsabilidad. Debéis dar (hacer) vuestros Llamados, vuestras plegarias, vuestras meditaciones y decretos con la plena Autoridad de vuestra Presencia Crística, aplicando la plena presión de la Luz de vuestra propia Llama del Corazón para que entre en acción y transmute todo lo que sea diferente del Cristo.
Es entonces que la acción del Rayo Rubí del Amor Divino se torna una necesidad absoluta. Porque, si sólo invocáis un momentum suave y ondulante, el elemento desconcertante y desafiante de la consciencia humana buscará instintivamente aislarse (como protección) contra vuestros llamados. Para enfrentar esa férrea obstinación, debéis activar la liberación intensificada del Rayo Rubí, que penetra inmediatamente las bolsas de tiniebla que tratan de ocultarse bajo una pátina superficial de lo que el mundo designa como “una manera de vivir aceptable”. ¡Oh, sí! Benditos Corazones, la pretensa superioridad moral humana, ruidosamente proclamada, es la manera como la mayoría de los hombres logra sobrevivir. Se han involucrado hace muchísimo tiempo en esos hábitos arraigados, humanamente cómodos, adoptando para sí mismos solamente lo que es agradable a la vista y al oído, y lo que es compatible con las aguas estancadas de sus pensamientos y emociones mortales, convenciéndose de que sus estilos de vida seguramente han sido ordenados por Dios — si es que creen mínimamente en Dios.
Pero vosotros, como estudiantes de los Maestros Ascendidos, entendéis que hay mucho más en la divina manera de vivir. Porque, con la plenitud de las Cualidades Divinas de vuestra Presencia de Dios, con el desplegar de las Banderas de las Virtudes Crísticas que aprenderéis a dominar, poseéis más del sabor de la Vida divina. Tenéis más entusiasmo por la Vida, más alegría de Vivir. E, incluso cuando el camino se pone muy difícil y las pruebas se aceleran, sabéis que se trata de una nueva oportunidad de esforzaros por llegar al Logro integral que deberéis manifestar. Comprendéis, entonces, mejor esas pruebas e iniciaciones. Porque ellas os dan la oportunidad para poner en acción todo aquello de que estáis hechos y para decir a vuestra Magna Presencia YO SOY: “Sí, YO SOY las manos y los pies de tu Obra. YO SOY los Pensamientos y la Visión de tu Destino Divino para mi corriente de vida. Y, (juntos) como Uno, ¡completaremos la Victoria de nuestra vida en la Ascensión!” (…)
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