AMADO SAINT GERMAIN
Chohan del Séptimo Rayo.
Representante de la Llama de la Libertad para la Tierra.
16 de febrero de 2020 (Tucson, Arizona)(Parte 4 de 5)
“ABRAZAD LA NOVEDAD DE LA VIDA EN LA LLAMA DEL AMOR"
(….) Y habiendo atravesado la primavera de la vida, habiendo resucitado verdaderamente todo lo que, en vuestro interior, fue manifestado durante el año anterior, empezáis a entrar en el verano de la vida — ¡el glorioso Verano en el que toda la naturaleza florece, en el que todo fructifica, todo es glorioso de contemplar! E incluso el mismo Sol de vuestro Cuerpo Electrónico, que permanece en el Gran Sol Central, ¡resplandece en toda su Gloria! No importa lo que pueda aparecer en el mundo exterior, pairando sobre la cabeza de quienes aun creen en la irrealidad y en la negatividad, que son maya e ilusión: ¡sabéis que el Sol de Dios resplandece en toda su Gloria! Él sigue eternamente elevándoos, permitiendo que la Plenitud de Dios Amor os tome de la mano y os escolte hacia una percepción transcendente de la Vida de Dios, una percepción que tal vez, en el pasado, os causara temor o que dudarais en reclamar para vosotros mismos. Ahora bien, ¡hoy ya tienen la comprensión y el Coraje para enfrentar el día!
Pero vosotros, benditos corazones, ¡sois bañados y saturados en la Plenitud del Sol de la Luz de Dios! Y ese Sol es cálido y reconfortante, protector, es un escudo que ilumina. Y en ese Santo Estado de la Mente de Dios, de la Magna Presencia I AM, sabéis que Todo Está Bien. ¡Y deseáis que el resto del mundo comparta el mismo enaltecimiento da la consciencia de la vida! ¿Cómo es posible que la humanidad eligiera vivir en tanta irrealidad, tanta negatividad, cuando justo delante de sí tiene a su Magna Presencia I AM? ¡Justo delante de sí está la oportunidad de invocar la Llama Violeta y de transmutar toda la negatividad! Junto delante de sí está el Sol del I AM (YO SOY) del Gran Sol Central — El Gran I AM — constante, eternamente emitiendo su Luz, listo para recibir a los Hijos e Hijas de Dios en el Todo de la Familia de Dios a la cual pertenecen.
Yo, Saint Germain, he observado a lo largo de muchos, muchos milenios — antes, entre y después de mis muchas encarnaciones — el estado de cosas de la especie humana, ¡y he podido determinar que lo que hace más falta es siempre el Amor! ¡Puro Amor! No un Amor de conmiseración. No el tipo de Amor que permite que la irrealidad siga intacta, ¡sino Puro Amor Divino que transmuta, que consume la irrealidad, que trae completitud a toda corriente de vida, a toda situación; que trae torrentes de Energía Divina en el Puro Rayo de Amor de Dios! ¡Y es la presión de ese Rayo de Amor, bienaventurados, que vuestra Magna Presencia I AM ejerce sobre la Llama de vuestro Corazón!
Cuando comprendéis verdaderamente que este es el Amor Divino en Estado Puro, sin diluir, sin falsificación, que emana inicialmente del Uno, ¿seríais capaces de destruir y de arrojar esa Llama por la ventana, ignorándola, de preferir cualquier estado de Vibración inferior? ¿Seríais capaces de decir palabras de Amor a cualquier parte de la vida, a la naturaleza o a una corriente de vida, o de ejercer cualquier profesión o forma de creatividad si ese Amor estuviese ausente? ¡Supongo que no!
Para que haya Puro Amor, la Llama en el Altar del Corazón tiene que estar activamente involucrada. Y esa Llama, Una con la Llama del Gran I AM, encarna la Plenitud de todo lo que sirve de base para la Curación, para la Completitud y para anclar la Voluntad de Dios. Sí, ¡porque cuando hay Amor, hay el deseo de que la Voluntad de Dios siga expandiendo ese Amor y de alimentar todo con ese Amor! (…)
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