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Amado Pablo El Veneciano: “LOS CIMIENTOS DE DIOS-AMOR”

Amado Pablo Veneciano

CHOHAN DEL TERCER RAYO DEL AMOR

11 DE ABRIL DE 2010


“LOS CIMIENTOS DE DIOS-AMOR”


Como Chohan del Tercer Rayo del Amor de Dios, Yo, Pablo Veneciano, os hablo desde el Corazón de Dios. Porque en efecto, cuando cada Presencia I AM (YO SOY) emerge del Todo de Dios, proclamando el YO SOY, el primer ímpetu de Percepción Consciente es el Corazón de Dios de onde ha venido y hacia donde puede ir; ese Corazón siempre es parte de los Cimientos y del Tejido que permiten a la Presencia YO SOY ir hacia adelante — creando, construyendo, formando, exhibiendo todo el Glorioso Corazón de Dios. Por eso es que cuando vosotros, como Hijos e Hijas de Dios en encarnación, decidís poner vuestra atención en la Presencia Divina personal, con frecuencia os envuelve una sensación abrumadora; os inunda un enorme Coraje en el Corazón y el deseo de entrar en acción, de ser y de actuar dentro de ese Corazón y del ímpetu que lo anima, tanto así que empezáis a tratar de encontrar con la consciencia maneras de expandir aún más lo que habéis recibido en toda Su Gloria como el Amor de Dios.


Por eso sentís una atracción hacia muchas de las bellas artes, para poder dar expresión al anhelo que siente el Corazón de más Belleza, Completitud, Consolación – que, en verdad, sólo conocéis cuando estáis en el Corazón de Dios. A menudo, y a pesar de vuestros esfuerzos, lo que creasteis (en el pasado) no estuvo a la altura de las expectativas, y quedasteis descorazonados y frustrados si eso siguió así por mucho tiempo. Es posible que no hayáis integrado suficientemente ese Amor de Dios con la Llama Iluminante de la Sabiduría. Porque el Amor por sí sólo, sin la Inteligencia orientadora de la Mente de Dios, quiere comprender cabalmente las posibilidades que podéis manifestar. (Quiere saber) cómo exteriorizar - con todo lo que sois capaces de expresar personalmente - lo que conocéis en el presente, y cómo entrenarse para satisfacer el ansia del corazón de producir esa consciencia expandida de Dios (presente) en la concepción inicial que la Mente de Dios os reveló.


Cuando amáis de alguna forma, estilo o manera, ese amor siempre es calificado por el Corazón de vuestra Divina Presencia. Porque el Amor verdadero nunca puede ser fabricado. Él nunca finge ser algo que no es. Él está siempre presente cuando habláis. Él se refleja en vuestra mirada cuando contempláis el deseo del corazón. Lo mostráis con vuestra vibración al aplicarlo en cada aspecto de vuestra vida, al palpar, al mover, al acudir a toda la multiplicidad de asuntos en los que os toca involucraros en la vida.


Cuando poseéis los Cimientos de Dios-Amor, ningún detalle es demasiado minúsculo para que vuestro Corazón no desee llenarlo de la Calidad del Gran Magneto del Dios Uno dentro del Corazón. Porque, en efecto, benditos — y vuestros corazones son de verdad Bendecidos — cada aspecto del Amor es una oportunidad para permitir que la Magna Presencia I AM (YO SOY) expanda todo el Deseo de esa Presencia en cada uno de los vehículos de la consciencia que os revisten, en cualquier plano de consciencia, como combustible y motivación activa para todo el deseo que pretendáis manifestar; y así, todos son bendecidos por un Corazón Amoroso.(…)


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