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AMADA MADRE MARÍA

AMADA MADRE MARÍA

28 de Mayo de 2000

(Parte 1)


El Corazón Abierto Es la Llave para Vuestra Sanación


Benditos Hijos, Yo, María, vuestra Madre, conocida de vuestro Corazón y del Corazón de todos los que anhelan (recibir) el Amor y Luz de Dios, os doy la bienvenida en mi Corazón.


Extiendo mi mano hacia vosotros para vuestra sanación. Para algunos, no es la sanación que esperan. A cada uno de vosotros en todo el mundo traigo la sanación del Corazón. Porque sin un Corazón abierto, ninguna sanación temporal traerá el alivio que deseáis.


El Corazón Determina la Calidad de Vuestra Vida


Amados, el dolor que acompaña cualquier estado de agitación o de obstrucción (dolencia) se debe solamente al hecho de que el Corazón aún no ha satisfecho la necesidad de realizar su obra perfecta. Vuestro Corazón desea dar, amar, nutrir la vida. Es por este motivo que las Llamas que están sobre el Altar de vuestros Corazones corresponden al Corazón físico en vuestro cuerpo. Como sabéis, si ese Corazón no late y no suministra sangre oxigenada renovada, la vida en el cuerpo termina rápidamente. Lo mismo ocurre con la Luz de Dios.


La calidad de vuestra Vida espiritual es determinada por el Corazón. Todo lo que llega a vosotros es gobernado por el Corazón. Todo aquello en que tomáis parte es gobernado por el Corazón. Toda agitación es causada por el hecho de que una parte del Corazón no responde o no tiene la libertad para proyectar la vibración que corresponde a la emanación de la Pureza de la Luz de vuestra propia Presencia Divina.


A lo largo de toda la eternidad, en todos los niveles de la consciencia y cada plano de existencia, es la Llama del Corazón la que proyecta la Luz de Dios recibida desde el Gran Sol Central. Ella emana del Corazón de todos los que mantienen un equilibrio (de energías) en pro de la Tierra y es recibida en vuestro Corazón.


Despertad a las Corrientes de Sanación


Hace demasiado tempo que muchos de vosotros que apeláis para mí venís arrodillándoos en oración y dirigiendo peticiones a mi Corazón. Pero cuando vengo, ¿será que oís, que tomáis consciencia de mi Presencia? Yo he enviado a mis ángeles a sentarse en el borde de vuestra cama en medio de la noche. Yo misma he venido a los pies de vuestro lecho y he extendido la mano. Sin embargo, en la mañana siguiente muchos de vosotros siguieron su camino, sin detectar siquiera la elevada vibración producida por mi Presencia.


¿Y por qué? Porque el Corazón no estaba preparado. El Corazón no estaba abierto — y hace dos mil años que lo entiendo. Y no obstante, debido al gran deseo de vuestro Corazón de recibir el Amor y Comprensión de Dios, sigo apareciendo a los pies de vuestro lecho. Y sí, seguiré enviando las corrientes de sanación de la Luz. Pero despertad, Amados, a la comprensión de que la sanación auténtica y duradera sólo puede producirse cuando hay integración con la Llama.


Incluso cuando la historia narra milagros dramáticos atribuidos a mi Corazón, estos sólo fueron posibles por la (Presencia) de servidores de mi Llama, quienes permanecieron arrodillados durante largos periodos en sincera oración y pedidos dirigidos a Mí. Estos milagros no podrían haber ocurrido si no fuera a través de los Corazones abiertos de unos cuantos, (que estuvieron) dispuestos a recibir esa Luz.


Madre María. (Continuará...)


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