AMADA MADRE MARIA SOBRE LA SANACIÓN
- Hernando
- 13 ago 2020
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AMADA MADRE MARIA
SOBRE LA SANACIÓN
28 de Mayo de 2000
(Parte 3)
En último análisis, la determinación de vuestra sanación se resuelve dentro de vuestro Corazón. Miguel, el Señor Defensor de la Fe, también está presente con vosotros. Ha prometido mantener la envoltura protectora alrededor de vosotros y del Corazón, para ayudaros a mantener la Fe en vuestra Presencia Divina personal.
Yo, María, envío el Rayo de mi Corazón para producir la sanación de todo aquello que no os permite, en plena Fe, abrir el Corazón y confiar en vuestra propia Presencia Divina.
Si mantenéis reservas y temor de que una sanación genuina podría abrir una nueva ruta en vuestra vida y alterar el mundo a vuestro alrededor, lo que requeriría nuevas maneras poco cómodas de pensar, actuar y de lidiar con la vida, digo: Aferraos a la comprensión de que Dios, el Uno, solo desea la Vida Abundante para todos. Esta riqueza de Vida surge cuando la completitud permite que el flujo del Amor de Dios selle vuestro mundo con la Luz y os alimente con el Puro Prana de la Vida.
Todo el Espíritu de la Hermandad de Luz desea esta completitud para vosotros. Todo en vuestra vida asume una sensación de paz y de bienestar cuando comprendéis mi mensaje en lo más fondo del Corazón, y este conocimiento irradia por toda vuestra consciencia, en vuestros pensamientos y en vuestro mundo emocional. Sabéis entonces que Dios siempre está presente en la tierra. Él nunca se ha ido de la tierra ni os ha abandonado. No estaríais aquí en encarnación si no fuera por el Amor de Dios.
Ese Amor procede y emana de vuestra Presencia Divina individualizada. Porque en el principio, cuando salisteis del Gran Óvalo de Luz, determinando la individualización de vuestro ser, no os separasteis del Todo de Dios. Erais, y seguís siendo actualmente, una continuación de Dios como vuestra propia Presencia. Aquí en este mundo de la forma, sois una extensión de vuestra Presencia YO SOY conectada a través de la Llamas (que están) sobre el Altar de vuestro Corazón, de tal forma que vuestro semblante es un glorioso reflejo del rostro de Dios. Esto constituye el Todo del Ser. Por esta razón no puede haber una separación real en la familia de Dios. Hay tan sólo dimensiones de la individualización que son un reflejo del principio original. Todo lo que es reportado adicionalmente a los sentidos externos es maya e ilusión.
Madre María
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